viernes, 31 de octubre de 2008

el momento

Los sueños renovados vuelven a la carga. Hace frío. Mucha gente, muchos coches. No sé si llegaré puntual. Llego y todo sigue igual, el tiempo no nos cambia. Tu sonrisa vuelve a estar presente y esa nube vuelve a subirme al cielo. Estoy bien. Nos vamos. Hace frío. Entramos, tienes todo preparado. Vino blanco, por favor. Me pides un brindis, por mí, y yo digo en mis adentros “nosotros”. Miras a mis ojos, yo miro a los tuyos. Un sorbo fresco con la mirada perdida en tu interior. Charlas, risas, pasado, futuro. Salimos. Hace frío. Bebemos, reímos, disfrutamos, te busco y temo perderte. Miradas persistentes, avergonzadas. Hace calor. Un hielo en tu boca. Un terremoto bajo mis pies. Tiemblo. El polo norte llega a mi lengua justo cuando mis labios están ardiendo. Tiemblo. Tu hielo vuelve a ti. Te busco, te pierdo, te encuentro, te quiero. No te tengo. Esperanza, desesperanza. Hace calor. En la calle, a tu lado, como en casa. Las calles de Madrid se convierten en nuestro escondite. Me río, me hablas, te ríes, te agarras. Me abrazas, te abrazo. Hasta pronto…te quiero.





¿Cuándo llegará el momento?

domingo, 19 de octubre de 2008

Y de repente abrí los ojos, la noche ya había acabado, había dejado paso a la mañana y se había llevado con ella toda su magia. Tú ya no estabas a mi lado, yo ya me había alejado, ya no estabas cerca. Lo siento, sé que ya debería saber que los cuentos de hadas no existen, los milagros no ocurren y los sueños sueños son, pero la esperanza me invade cada vez que tu mirada se cruza con la mía.




Por el momento...



¿Por qué siempre llegas en el momento oportuno, justo cuando más te necesito?

miércoles, 15 de octubre de 2008

algo más...o no?

Desde luego, a veces tener varias opciones es malo, al menos, si no sabes cuál elegir.

Todos tenemos amigos, pero también podemos tener amigos especiales, amigos "con derecho a roce", "follamigos", rollos y novi@s. Pero, ¿realmente sabemos qué queremos con las personas que nos rodean? Quizás si alguien nos gusta podamos intentar ser algo más que amigos, y que amigos especiales, sin embargo, ¿y si después de dar ese paso se estropea? Ya no habrá marcha atrás, ya será demasiado difícil ser sólo amigos. ¿Merece la pena arriesgarse? ¿En qué casos?

En realidad creo que sólo merece la pena arriesgarse en los casos en los que no necesitas demasiado a esa persona, si la pierdes no sería tan grave. Sin embargo, cuánto más necesitamos a esa persona más nos apetece subir un peldaño más del de la amistad.

Sé que dicen que "quién no arriesga, no gana", pero cuando sientes que te mira a los ojos y te pierdes, que te coge de la mano y sin darse cuenta te lleva al cielo, y te besa y crees que es el mejor momento de tu vida, ¿merece la pena arriesgarse a perderlo todo por conseguir algo más?

jueves, 2 de octubre de 2008

hacia dónde...

Unos vienen y otros van, sólo unos pocos se quedan siempre a tu lado, ¿o quizás nadie? Nos pasamos toda la infancia y la juventud queriendo ser mayores, adultos, posiblemente queriendo ser, así, libres. Sin embargo no nos damos cuenta de que cuanto más mayores somos, más encarcelados estamos en nosotros mismos, en lo que se espera de nosotros. ¿Y si no queremos? ¿Y si no queremos hacer lo que nos piden? ¿Nos podemos resistir?

Parece que los que estaban ahí siempre, los que siempre estuvieron y siempre iban a estar, comienzan a escoger sus caminos y entonces empiezas a sentir que en ese camino no hay espacio para que puedas andar a su lado, para que puedas acompañarles. Sabes que tu también debes andar tu camino, decidir hacia qué lado quieres o debes ir, pero no quieres hacerlo sin ellos, intentas resistir y no sabes muy bien qué dirección tomar ni a dónde te llevará.

Quizás sólo sea que nos hemos hecho mayores y ya nada es igual. Quizás sea que lo que pensamos que pasaría en muchos años ha llegado demasiado pronto y sin avisar.